[15 de julio de 2011] PRETORIA – “La institucionalización de los derechos sociales, económicos y culturales, incluido el derecho a la alimentación, en Sudáfrica resulta muy esperanzadora. Sin embargo, el país tiene todavía que demostrar que puede dar respuesta a los 12 millones de ciudadanos que viven en situación de inseguridad alimentaria, de los cuales el 70% viven en zonas rurales”, declaró Olivier De Schutter al término de su misión oficial en Sudáfrica (7 al 15 de julio de 2011).
“Sudáfrica se ha convertido en un verdadero ejemplo para el mundo, gracias a la integración del derecho a la alimentación en la Constitución y al establecimiento de una Comisión sudafricana para la defensa de los Derechos Humanos. El Tribunal Constitucional ha desarrollado una jurisprudencia única en el ámbito de los derechos económicos, sociales y culturales. Ahora toca consolidar una economía alimentaria que beneficie a la mayoría de la población”.
En opinión del Relator Especial, las políticas territoriales, agrícolas y agroalimentarias, así como los programas sociales, deben ser más coherentes y reforzarse mutuamente, tomando el derecho a la alimentación como punto de partida.
“En otras palabras, Sudáfrica deberá crear un sistema alimentario inclusivo, esto es, un sistema que vaya mucho más allá del final de la discriminación racial” declaró el Relator de la ONU antes de presentar las cuatro propuestas reunidas en sus recomendaciones al gobierno.”
“La calidad de una estrategia únicamente puede medirse en función de sus resultados. Por ello, si bien es cierto que numerosas políticas bien intencionadas han querido colocar la seguridad alimentaria en lo más alto de la agenda gubernamental, los resultados todavía son claramente insuficientes. El siguiente paso que deberá dar el gobierno será la adopción de una ley marco para la realización del derecho a la alimentación. En efecto, sería la única iniciativa que permitiría garantizar una coherencia sostenible entre las diferentes políticas, tal y como lo demuestran las experiencias emprendidas en otros países que he tenido la ocasión de visitar. En mi opinión, un sistema de seguimiento y evaluación independiente, basado en indicadores de éxito y en un reparto claro de las responsabilidades, permitiría justamente que la administración actual cumpliese sus promesas y compromisos. Un diálogo estructurado con los sindicatos, las organizaciones campesinas, los movimientos de los sin tierra y otras organizaciones de la sociedad civil garantizaría una mejor transparencia y un mejor sistema de rendición de cuentas, lo cual repercutiría positivamente en los resultados”.
“En segundo lugar, no se puede abandonar a su suerte a los beneficiarios de los programas de reforma agraria una vez que se les hayan asignado las tierras. Para que los pequeños campesinos puedan pasar de una agricultura de subsistencia a la venta de parte del excedente, deberán tener acceso al crédito, a la formación y a los mercados. En este sentido, los recursos públicos deberán reorientarse para que las familias puedan iniciar una actividad agrícola a pequeña escala generadora de empleo” afirmó el Relator Especial, quien destacó a su vez que los programas agrícolas actuales benefician esencialmente a un reducido número de empresarios ya consolidados y bien establecidos.
En tercer lugar, Olivier De Schutter hizo un llamamiento para que el Estado se comprometa de manera voluntaria a la creación de mercados alimentarios favorables a los más pobres. “Sudáfrica necesita crear sistemas alimentarios que favorezcan a los más pobres, y no únicamente que estén orientados a la venta a los más pobres. El apartheid no solo creó un sistema agrícola dual sino que también llevó a la exclusión de los Negros pobres de los sistemas de creación de riquezas”.
“Los sistemas alimentarios locales que promueven el consumo de alimentos frescos y nutritivos resultarían muy interesantes si fuesen acompañados de un conjunto de políticas nuevas. Por ejemplo, a través de la creación de mercados públicos, las autoridades pueden fomentar el desarrollo rural al otorgar un tratamiento preferencial a los pequeños productores. Los programas de fomento y obras públicas también pueden respaldar el desarrollo de una economía sostenible si se invierte al principio en técnicas que requieran mucha mano de obra, como por ejemplo la recolección del agua de lluvia o los sistemas de demarcación de las tierras que impidan la erosión de los suelos”, comentó el Relator de las Naciones Unidas. En este ámbito, el Sr. De Schutter se mostró encantado con el programa de las microfábricas que permitirá la creación de segmentos de mercado específicos para los pequeños agricultores organizados en cooperativas, reducirá la concentración en la industria de la molinería y generará empleos no agrícolas en las zonas rurales.
El cuarto eje prioritario identificado por el Sr. De Schutter es la mejora de la situación de los entre 800 000 y 900.000 trabajadores agrícolas, cuyos ingresos medios no llegan a un tercio de la media nacional. La falta de medios del Estado, y su incapacidad para resolver las divergencias heredadas del período del apartheid, resulta especialmente flagrante en el ámbito de la inspección del trabajo: el país solo dispone de 1000 inspectores del trabajo para cubrir todo el territorio y todos los sectores y los propietarios latifundistas les deniegan sistemáticamente el acceso a las grandes explotaciones agrícolas. El Relator Especial recomienda que los representantes sindicales reciban formación y capacitación específicas que les permitan efectuar inspecciones en las explotaciones agrícolas. Ellos serían los que podrían denunciar ante el Ministerio de Trabajo toda obstrucción y resistencia a la inspección que opongan los propietarios.
El Sr. De Schutter quiso además felicitar a las autoridades sudafricanas por los programas de protección social creados tras el final del apartheid, si bien lamenta que no se haya podido establecer un ingreso mínimo de solidaridad. Actualmente, los adultos, sin ningún tipo de discapacidad, que todavía no hayan alcanzado la edad de la jubilación se encuentran completamente desprotegidos en la lucha contra la pobreza extrema. Y precisamente por esto, este tipo de protección básica sería especialmente importante en una economía que crece a un ritmo tan galopante como la de Sudáfrica.
El Relator Especial agradece el excelente nivel de cooperación de las autoridades sudafricanas y presentará su informe final ante el Consejo de Derechos Humanos en marzo de 2012.
- Léase la declaración completa al final de la misión del Relator Especial (en inglés)